Hoy es un día que va a parecer interminable, muchas ausencias, mucho aire que sobra, y que en mi interior se apropia de mis ganas por llorar. Lamento tener que ver lo que veo, sentir lo que siento, reprimir lo que pienso, y no tenerte acá.
Pero las cosas se dieron así, y una llamada telefónica no mejorará las cosas. De hecho creo que a estas alturas ya nada podrá reparar lo que se armó. Fueron años y años de ir por detrás de lo que ante ojos inmensos, sólo yo era capaz de percibir.
No entiendo por qué ya no estás.
No entiendo por qué ya no estoy.
No entiendo por qué ya no estamos ninguno de los dos.
¿Qué nos pasó?
No hay comentarios:
Publicar un comentario